En un domingo aburrido y en el día que marca el final de los momentos perdidos y el principio de las obligaciones semanales, les traigo un disco, que realmente, me ha cautivado. Perteneces a esos "locos lindos" australianos, llamados The Go-Betweens. Es la banda a la que le estoy dedicando bastante tiempo en mis días. Adoro seguirlos en su desarrollo musical, comenzando por lo anárquico de sus primeros años, para luego pararme a maravillar su etapa más prolifera y de absoluto preciosismo pop, donde lograron afianzar una gran banda y crear canciones verdaderamente hermosas. Y terminar en sus últimos trabajos, ya con una madurez más cálida, abarcada por las dos cabezas pensantes de la banda. Es decir, se reducen los miembros y quedan los veteranos: Robert Forster y Grant McLennan, las caras más reconocibles, los verdaderos cerebros y creativos.
El álbum compartido es uno de sus más logrado de su segunda etapa: Liberty Belle And The Black Diamond Express, salió en 1986. Posterior a la publicación de Spring Hill Fair y anterior al Tallulah, los nombro, porque conforman una brillante trilogía. Volviendo al disco en cuestión, debo decir: es de lo mejor que he escuchado hace tiempo. Diez canciones, que varían entre la agresividad, la locura y la más pura nostalgia, recitando retazos del más puro y doloroso amor, críticas reflexivas, historias ambiguas. Esto te ofrecen las dos cabezas pensantes y tan distintas (Forster y McLennan) dentro de los Go-Betweens. Particularmente, me encanta perderme en la vorágine seductora de Forster y ponerme "blue" con McLennan. Las canciones más destacas son: Spring Rain (perfecta canción pop, para correr bajo la lluvia), se me desvanece la cabeza en la densidad instrumental de: The Wrong Road, la repetitiva y sincera: To Reach Me, la oscura y desesperante: Twin Layers Of Lightning. Pero la que realmente amo es: In the Core of the Flame, es agresiva, impulsora y esos violines acompañando al estribillo rompen el esquema, entregándote a la belleza absoluta. Los violines a cargo, del ser más bello los Go: Amanda Brow. Y no puedo dejar de mencionar, si hice hincapié en la parte femenina, a la interesante, bohemia y eximia baterista: Lindy Morrison.
Cerrando esta reseña, como siempre les pido. Escuchen estos discos, traten de adentrarse en las entrañas de estas bandas. Necesitamos escuchar voces y música, que se encuentren afuera de la línea del sistema. Espero que disfruten del disco, tanto como yo.